La perspectiva de género es extremadamente importante en la movilidad, ya que las diferencias de género en términos de acceso, necesidades y patrones de movilidad pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas y en su capacidad para participar plenamente en la sociedad.
Por ejemplo, las mujeres y las personas LGBTQIA+ a menudo enfrentan barreras adicionales para acceder a los servicios de transporte, como la falta de rutas seguras y convenientes, horarios inadecuados y espacios inseguros. Además, los patrones de movilidad de mujeres y hombres son a menudo muy diferentes, con las mujeres más propensas a tener que realizar múltiples paradas para atender a las responsabilidades del hogar, como llevar y recoger a los niños de la escuela.
La perspectiva de género en la movilidad puede ayudar a identificar estas desigualdades y tomar medidas para reducirlas. Por ejemplo, se pueden hacer mejoras en la infraestructura para crear rutas de transporte más seguras y convenientes para las mujeres y las personas LGBTQIA+, se pueden establecer horarios de transporte más inclusivos y flexibles, y se pueden proporcionar espacios seguros y confortables en los medios de transporte público.
En resumen, la perspectiva de género es importante en la movilidad porque nos permite comprender cómo el género afecta a las necesidades y patrones de movilidad de las personas, y trabajar para reducir las desigualdades y discriminaciones de género en el acceso a los servicios de transporte.