Los beneficios son muchos:
1. Cambio de hábitos de desplazamiento a modalidades más sostenibles: andando, en bicicleta o en transporte público.
2. Reduce el número de vehículos a motor, lo que disminuye el exceso de emisiones contaminantes y de ruidos, actuando a favor del medio ambiente, de la recuperación del espacio público y de la seguridad vial infantil.
3. Favorece el desarrollo de una actividad física cotidiana, reduciendo la obesidad y mejorando la salud.
4. Fomenta que los niños recuperen la calle y vayan solos o en compañía de sus amigos al colegio. Con ello se favorece la autoestima, la socialización y la autonomía de los más jóvenes.