La movilidad ha venido sufriendo cambios muy significativos en pro de formas de moverse más sostenible. La peatonalización de calles, el incremento de kilómetros de carril bici, la ampliación de servicios de autobuses y trenes, las mejoras en infraestructuras ciclables…son los elementos más visibles de este cambio.
Sin embargo, existen otros cambios quizá no tan perceptibles pero que son igualmente importantes. Uno de ellos es el del incremento de mujeres conductoras de autobús.
Según los datos aportados por CONFEBUS, en los últimos 5 años las nuevas conductoras de autobús aumentaron un 90%. Además, según datos de 2019, un 27,2% de conductores de autobuses eran mujeres.
Estos datos ayudan a que España sea uno de los países con mejor porcentaje medio de mujeres conductoras según el Driver Shortage Survey, que analiza el porcentaje de mujeres conductoras empleadas en empresas de transporte de viajeros por carretera. Como dato, la media de la Unión Europea en 2020 era del 12%, mientras que la española es del 18%.
Sin embargo siguen siendo datos insuficientes que ponen de manifiesto la brecha de género existente a día de hoy en el sector del transporte. Motivos como la brecha salarial, la ausencia de instalaciones sanitarias adecuadas y descansos para ir al baño, el trato desigual o las negligencias en el mantenimiento de un ambiente de trabajo seguro son algunos de los factores que pueden incidir en el incremento de mujeres empleadas en el sector del transporte. Por suerte, son cada vez más las que destacan los aspectos positivos por encima de los posibles condicionantes.
La mayor presencia de mujeres conductoras en el transporte público es también un factor que puede favorecer la percepción de seguridad de las mujeres y otros colectivos vulnerables que se mueven en autobús o tren.